miércoles, 26 de mayo de 2010

Directorio de Pueyrredón





Ante la renuncia del Álvarez Thomas, el Cabildo y la Junta de Observación designaron al general Antonio González Balcarce como Director Supremo interino, ya que su titular, Rondeau, estaba ausente.
Al enterarse de esto, el Congreso de Tucumán tomó medidas rápidas con el fin de nombrar al nuevo Director Supremo. No sólo le preocupaba a los congresales la inestabilidad de las autoridades designadas por Buenos Aires, sino también los rumores acerca de una posible invasión portuguesa a la Banda Oriental.
El 3 de mayo se abrió la sesión y con veintitrés votos sobre veinticinco, fue designado el coronel Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Éste visitó primero la frontera del norte, luego fue a Córdoba a entrevistarse con San Martín y finalmente llegó a Buenos Aires el 29 de julio.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Vestimenta del Gaucho Colonial

Al decir "Gaucho Colonial" estoy significando la palabra Gaucho hasta poco antes de 1815/1816. Vestía este, chaqueta corta que no pasaba de la mitad de la espalda, con cuello, puños y solapas de terciopelo; camisa blanca con cuello largo, corbatín negro chaleco de raso o de tela brillosa con dos o tres botones, muy abierto con solapa por donde se asomaba una especie de "jabot".
El pantalón, ceñido a la pierna, a la que llamaban calzón español, llegaba hasta más debajo de la rodilla, y estaba abotonado al costado cuatro botones y una pasa cordón que se anudaba rematado con 2 borlas de color; desde allí seguía hasta los tobillos una especie de calzoncillo, ensanchándose de arriba hacia abajo y rematado este con flecos y bordados que se llamaban "cribos". A esta prende se le llamo calzoncillo "cribao"; una faja angosta, o fajín ceñido de color oscuro, anudándose al costado izquierdo cayendo sus puntas, sujetaba el pantalón. Este pantalón o "calzón español" comenzó a desaparecer cerca de 1820, siendo reemplazado por el chiripa. Este "gaucho colonial", o primitivo, usaba "botas de potro" a las que le sacaba las puntas, por donde se asomaban los dedos de los pies, es decir las despuntaba. Esto lo hacia así pues hacía heredado de los indios "pampas" su forma de estribar, que consistía en afirmar los dos primeros dedos de cada pie sobre un nudo hecho en cada extremo de un tiento retorcido que cruzaba el lomo del caballo.
A este rústico estribo se le llamó "pampa" y a los nudos de cada extremo "botón pampa".
Su arma era un cuchillo, al que llamaba "alfajor" que calzaba adelante en la cintura. Esta denominación deriva de alfange una especie de sable corto y curvo, con filo solamente por un lado, y por los dos en la punta, también uso un cuchillo largo y recto al que llamaba "faca", de origen andaluz, y del cual derivaría después otro de hoja más ancha llamado "facón".
Completando su vestimenta usó un sombrero cónico, rígido de ala mediana, con barbijo esto consistía en un pequeño lazo o cordel que cayendo desde el costado del ala se unía a la misma altura del otro lado, y servía para sujetar el sombrero a la cabeza. También usaba un poncho o "manteo" que derivaba de manta, que generalmente llevaba doblado sobre el brazo izquierdo o el hombro del mismo lado.


A partir de de 1816/1817

El calzón español que venía usando el gaucho colonial desde antes de 1810 fue desapareciendo paulatinamente desde 1815/1816, aproximadamente, siendo reemplazado por el chiripa a tal punto que ya en 1818 no había ninguno que usase esa primitiva prenda hispana.
El chiripa, que en quichua significa "para frío" es decir para protegerse del frío, lo venían usando los indios desde antes de 1810, e inicialmente y en particular los indios pampas lo usaban "jerga" mientras que los españoles y criollos la denominaban "bayeta", y era de muy baja calidad.
También este chiripa fue usado antes de 1815 por gauchos humildes, gauchos pobres, especialmente para trabajar.
En lo referente a los colores el gaucho sureño los usaba de color beige o bayo como solía llamar al color marrón claro y también al gris; tenía guardas o bandas listadas en los costados de color blanco, marrón oscuro, crema; si eran de color oscura las bandas laterales eran más claras. En todos los casos dichas guardas o bandas listadas eran bien definidas es decir los colores no se esfumaban o fundían entre sí (degrade).
También se usaba el chiripa con una franja o banda de colores por el medio.

miércoles, 12 de mayo de 2010


Medios de Transporte

Hace muchos, pero muchos años, en la época en que los caminos no se habían construido, en que la gente viajaba en carretas tiradas por mulas o en diligencias, porque los autos y los aviones todavía no se habían inventado, algunos hombres que querían gobernar nuestro país, decidieron reunirse en un lugar que se llama Tucumán, para hablar sobre nuestra patria. ¿Cuánto tiempo creen ustedes que tardaban en llegar a Tucumán? No un día ni dos, sino a veces muchas semanas. Llegaban sucios, con hambre, cansados, pero todos sabían que tenían que ir para hablar de un tema muy importante. Ellos querían crear nuestro país y tenían que decidirlo entre todos. Y gracias a esos señores que se reunieron en Tucumán hace tantos años, nosotros hoy podemos decir con mucho orgullo que somos argentinos... (Nora Haas).



Los medios de transporte de la Independencia
Para llegar al Congreso, los diputados tuvieron que recorrer largos caminos en galeras y sopandas. El viaje de Buenos Aires a Tucumán, por ejemplo, duraba entre 25 y 50 días.

La Galera
La galera fue el medio de transporte más rápido utilizado por los diputados para viajar a Tucumán. Hacía el camino de Buenos Aires a Tucumán en 25 ó 30 días. Transportaba hasta 10 pasajeros, pero no llevaba mercaderías. Tenía cuatro ruedas y era tirada por cuatro caballos que manejaba el postillón, sentado en el pescante. Estaba acolchada por dentro y tenía numerosos bolsillos para guardar los objetos personales de los viajeros.


La Sopanda
La Sopanda tenía suspensión, lograda por medio de correas de cuero que, como elásticos, amortiguaban los saltos del camino.

Carretas
Las carretas, esos grandes carros de madera, transportaban mercaderías y pasajeros del interior a todas las ciudades, eran tiradas por una o más yuntas de bueyes y generalmente iban en caravana. Tardaban 40 ó 50 días en recorrer el trayecto entre Buenos Aires y Tucumán.

miércoles, 5 de mayo de 2010



Juan Manuel Beruti, que no guarda parentesco alguno con el matón de mayo de 1810, fue un porteño que nació hacia 1777. Su vida no estuvo ligada a heroicas batallas, tan comunes entre los siglos XVIII y XIX, sino que fue un profuso cronista que se la pasó realizando anotaciones de todos los acontecimientos y personajes que veía y frecuentaba. Como una suerte de diario íntimo, si bien no podemos catalogarlo de ese modo, Beruti escribió cientos de páginas que recogen hermosas impresiones acerca del viejo Buenos Aires y de la vieja Argentina hispánica.


Para desgracia nuestra, dichas anotaciones de Beruti han sufrido, al parecer, un extravío entre los años 1829 a 1843, por lo que su riquísima obra testimonial abarca dos etapas: 1) La que va de 1809 hasta 1829, y; 2) Anotaciones desde 1843 hasta el 1° de octubre de 1855. Si tenemos en cuenta que Juan Manuel Beruti falleció un 28 de enero de 1856, entonces estamos diciendo que escribió prácticamente hasta su muerte.


Un caso notable que fue recopilado bajo el título de "Memorias Curiosas", y que mereció ser publicado en uno de los tomos de la famosa colección "Biblioteca de Mayo, Colección de Obras y Documentos para la Historia Argentina" de 1960, editada a los 150 años de producida la Revolución de Mayo de 1810 por la Cámara de Senadores de la Nación.


En medio de tantas anotaciones, dejó consignado los festejos del 9 de julio de 1843, en plena época de don Juan Manuel de Rosas. Así describía aquellas celebraciones en recuerdo de la fecha patria don Juan Manuel Beruti:


"El 9 de julio de 1843. En este día de la independencia, de la República Argentina del poder de España, que se celebra con una solemne función y Tedéum en la santa iglesia Catedral con asistencia de todas las autoridades y formación general de las tropas, de orden del gobierno, se mandaron alistar todos los alcaldes, y sus tenientes de ciudad y campaña, e incluyéndose todos los vigilantes de policía, que por sus cargos estaban exentos del servicio militar; a todos los cuales se les vistió de uniforme de soldados, y formando un batallón de más de seiscientos hombres, se presentaron en la formación con los demás cuerpos de línea en la plaza Mayor de la Victoria; de este principio su resultado será el hacerlos soldados de línea, o veteranos, como sucedió con los serenos en igual caso".